30/7/09

Cuatro seres se desplomaron sencillamente sobre lo que su antojo les propuso. Tomaban mate cocido, tocaban la guitarra y golpeaban arrítmicamente un bongó. El sol los abrazaba y en su templanza nada tenían para decir. Apenas había miradas para intercambiar porque el momento los invitaba a blanquear sus mentes. Al menos así lo vivió ella y, aunque sabía que era muy talentosa para trasgiversar situaciones, creyó estar en lo cierto.
El cielo se nublaba paulantinamente despertándolos de sus actividades. Mientras uno dormía, los otros tres leían libros que el azar les había puesto delante. Estaban bien... se los veía bien, acorazados bajo el sol tras una noche de locura. Mediocremente bien, realmente bien.
Entonces ella lo supo. ¿Qué faltaba para que ese momento hermoso se inundara de mágia y significado? La respuesta danzó ante sus ojos y sintió el impulso de romper el silencio murmurando una palabra antigua y desesperada. "Felicidad" hubiera dicho sin esperar comprensión. Sonrió pensando en posibles reacciones. La tratarían como la loca que es o tal vez sonreirían inocentemente pensando que ella estaba dandole un nombre a un sentimiento que nacía de su estómago. De todas formas, no dijo nada. Leyó para disipar las preocupaciones de su mente e intentar ahuyentar las preguntas que la atormentaban a todo momento. ¿Por qué seguía buscandole un significado a la vida?, ¿por qué no se limitaba simplemente a vivirla?

19/7/09

"Me es muy difícil prestarle atención a mi entorno porque nada ageno a mí parece importarme", En esto pensaba cuando lo ví al querido personaje que aquí concierne. Tradicionalmente Hippie, vestido como uno de esos chicos que hacen malabares en los semáforos. Me interesó sólo un poco... su ropa, su pelo largo, sus piernas que marcaban un compás que parecía llevar en su cabeza. Lo miré un poco... pero no lo suficiente. Retomé mis pensamientos bruscamente. "Nada me importa, nadie en toda la estación de tren me llama la atención."
Fue entonces cuando lo ví a él revoleando los brazos como en una danza tribal y toda una escena se desplegó a mi deleite:
El Hippie no bailaba sólo. Frente a él, con las vías del tren de por medio, había otro chicos que también bailaba. Se hacían morisquetas. Uno levantaba las manos y, como en un espejo, el otro también. Uno lanzaba una bola de materia cósmica por el aire y el otro la agarraba, la devolvía, la palpaba.
Con la llegada del tren, el hippie se quedó sin compañero de baile. No pareció desanimarse porque empezó a aplaudir rítmicamente. Una chica se le sumó y yo miré atónita. Aquí es cuando él y yo cruzamos miradas por primera vez. Me incitó a aplaudir, a unirme. Yo quería pero me ruboricé y bajé la mirada mientras negaba con la cabeza.
¿Por qué no aplaudí?

17/7/09

Me agarró la cara y besó, rápidamente, cada una de mis mejillas. No conforme con el robo, besó mi frente. Erguí mi espalda sonriente ante la presencia de sus manos. Me recorrieron, despacio pero decididas, mis costillas, creo que mi pecho izquierdo y mi pelo.
_Estoy casado pero sino...- sus manos...- Te besaría como lo hago ahora- ...en mi mandíbula, me empujan hacia él, lo esquivo... casi me besa.

15/7/09

Era verano y yo estaba un poco enamorada.

Sé que en ese momento no pensé en el clima veraniego y en la perfección de la noche. Ahora que lo pienso, solo le podía prestar atención a él. Cordiales, caminando de la mano y hablando de quién sabe qué. Nos deteníamos de vez en cuando para besarnos, jugar entre nosotros. Retomábamos la marcha hacia ningún lugar; disfrutándonos. El alcohol hace del recuerdo un sentimiento. Apenas hay imágenes claras (cercanas, cálidas, hermosas) y el tiempo no tiene coherencia, ni importancia. Nos sentamos en una esquina para seguir besándonos y tenernos cerca. Yo me erguía en mi personaje, lo divertía con mi elocuencia y mi humor impecable. Nos excitamos. Tocarnos es la mejor manera de entender que en nuestros dedos, lenguas y cuerpos esta lo genuino; lo real. Jugué, adolescente, sintiéndome dueña de su instinto. Lo vi desearme y tenerme, lo sentí insaciable. El deseo se extendió hasta cegarnos. La belleza de la noche y la totalidad del mundo se despedazaban en nuestras bocas. Apenas nos percatamos de los problemas y las dudas que surgieron, de tanto en tanto, en nuestros cuerpos emocionados. No sé cuánto tiempo caminamos o cuánto tardamos en desnudarnos a escondidas. Recuerdo el éxtasis y la locura; la humedad. Lo veo a él riendo feliz, besándome.
Tengo tantas cosas para escribir que no sé por dónde empezar.

Hace unos días me compré un cuaderno para anotar esos "random thoughts" que tengo cuando viajo en colectivo o camino por la calle. Lo llevo a todos lados y me pongo a escribir en cualquiér situación.
¿pretty freak, no?
whatever, le tomé cariño en poco tiempo.
Siempre me gustó escribir (novelas que no termino, pequeños cuentos, catársis emocionales). El problema es que cuando más inspirada me encontraba, más lejos de la computadora estaba. Ahora puedo convertir mi introspección en algo más palpable y real.
Este Blog nace, en parte, a consecuencia de eso.
Y quién sabe?, tal vez conocer otros escritores con cuadernitos negros bajo el brazo.

xoxo,
Un cigarrillo esperando paciente en el cenicero. La computadora, como siempre, encendida y a mi disposición. No es que haya dudado en aquí sentarme... sólo te estoy convocando a mi situación:
Escribiendo desde lo más íntimo de mi cuerpo. Delirando, ¿enloqueciendo?, Siendo. Estoy intentando provarme algo... pero no sé bien qué.
¿Seré más "yo mísma" cuando estoy re loca?, i wonder
Esta máscara de persona coherente me agobia. Mi amiga cerca, espectante. Mueve el pie, me insita a volver a la realidad. A su realidad. A las ganas de escuchar...

Cheers for a fresh new start(D)!

"Tal vez sea el momento de hacerme un Blog", pensé.