22/9/09

¿Cómo explicarte, mundo?, ¿acaso te debo alguna explicación?
Ninguna, esa es la única certeza y aún así no paro de intentar explicar. Explicarme.
Buscar esos “porque’s” te va a matar, me diría. Podes reírte de mí porque de hecho yo lo haría.
Sé que brillo y que te gusta mirarme. Sé que por más que intente apagarme tu mirada siempre me encontrará en cuanto me distraiga.
¿Queres que sea?, ¿por qué debo gustarte?
La soledad me duele más que nada y es en ella en donde me consuelo. Aceptarla, abrazarla, hacerme amiga…
Tal vez ya haya perdida la cabeza. Asquerosa eternidad la que se aferra a mí rechazando la claridad. Mano amiga, te extraño. Soledad amiga, omnipotente y presente siempre, ¿me regalarías una ausencia por ser tu amante fiel?

1 comentario:

  1. un pedido desesperado; una necesidad urgente de abandonar ese viejo hábito que, de apoco, nos va consumiendo. ojalá tengas suerte

    ResponderEliminar